31.1.08

·· La Bienal de Sao Paulo... Catalina Serra

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Forty Seven + 1, 1994-95 / 240x974 cm. / Collage de pinturas, fotos y dibujos anteriores


La Bienal de Sao Paulo se dedica a la antropofagia como síntesis artística
El mallorquín Antoni Socías representa a España con seis obras “destructivas”
El País, sábado 3 de octubre de 1998



La 24ª Bienal de Sao Paulo, que comenzó ayer en la ciudad brasileña, tiene como tema de sus propuestas la densidad, historias de canibalismos y antropofagia, un aspecto vinculado a la formación de la cultura brasileña y al arte contemporáneo. España está representada por el artista Antoni Socías, que en los últimos años somete parte de su obra a un proceso de autodestrucción. En esta bienal, que registra casi medio millón de asistentes, han pasado por el pabellón español Oteiza, Tàpies, Verdes, Brossa, García Sevilla y otros.

El tema de la Bienal es, para el ministro de asuntos Exteriores, Abel Matutes, que organiza la participación española, una metáfora de la formación de la cultura contemporánea a partir de la fusión de elementos y referencias diversas. Para el comisario de la representación española, el crítico Santiago B. Olmo, las actitudes antropofáficas de Antoni Socías se centran en las referencias del mundo exterior y de su propia obra. “La obra es su propio proceso”.
Artista inclasificable con una sólida trayectoria al margen de los circuitos artísticos convencionales, Antoni Socías (Inca, 1955) exhibe en esta bienal, abierta hasta el 13 de diciembre, seis obras de distintas épocas que reflejan la diversidad de sus intereses, seleccionadas de acuerdo con el comisario Santiago B. Olmo. Si el tema general de la bienal es la densidad, un concepto muy amplio que permite múltiples enfoques, no hay duda de que se ajusta bastante al tipo de trabajo que plantea Socías.
“Siempre he buscado en mis obras este punto que mata las explicaciones de las cosas”, afirma el artista. “Para eso ya existen la filosofía o la literatura. Yo quiero buscar sentidos, no explicaciones”. Como nunca ha tenido galería fija y se ha mantenido a una prudente distancia del circuito artístico tradicional ha podido realmente dedicarse de lleno a sus proyectos sin interferencias de ningún tipo.

Obra inclasificable
Sus obras, de hecho, rehuyen la clasificación y, con perspectiva, posiblemente resultarían de gran utilidad para las nuevas generaciones que prefieren beber de modelos externos. Socías ha utilizado la pintura, tanto figurativa como abstracta; la fotografía, la escritura; los objetos, la escultura o el collage a partir de los fragmentos destrozados de obras suyas anteriores. Son algunos ejemplos de sus múltiples intereses. También pintó en una acción de land art que resultó histórica, algunos de los peñascos de la Cala Deià en Mallorca, y en los últimos años fue uno de los principales artífices del espectacular cambio de imagen de la firma de zapatos Camper, trabajo que ha dejado esta temporada.
“Si utilizo tantas técnicas y tantos soportes diferentes es porque hay un momento en que cuando algo ya está pintado o fotografiado deja de interesarme”, afirma. “Soy curioso y no me gusta encontrarme los caminos trillados. Por eso intento mantener las puertas abiertas”.
Socías trabaja por series o proyectos que pueden durarle años. Los mantiene todos en marcha al mismo tiempo. Por ejemplo, de la serie Naturalezas muertas, consistente en fotografías de animales muertos que combina con otras técnicas, lleva trabajando 18 años y sólo ha reunido 10 piezas. Es el mismo número de piezas que, tras nueve años de trabajo, tiene de otra serie fotográfica de escenas costumbristas. Son momentos que él provoca, pero que cuando surgen, si hay suerte, permanecen inmovilizados en el negativo. “La cámara fotográfica me ha ayudado mucho, es como si llevara una cassette para grabar frases”, afirma. “Hay todo un proceso en el que se mezclan escenas familiares y de amistad. De ahí salen las obras porque todo es lo mismo”.
En los últimos años también ha trabado en una serie de obras que configuran una especie de reciclaje de su propio trabajo y que están realizadas mediante la adición, acumulación o superposición de fragmentos de otras obras suyas que previamente ha fragmentado. Realizó, por ejemplo, un gran cuadro de 105 metros de largo con fragmentos de otros cuadros cortados en trozos de 10 por 10 centímetros. Era una especie de puzzle realizado de manera sistemática, aunque sin buscarles sentido o una armonía predeterminada.
“Puede parecer un acto de destrucción de la propia obra, pero yo no lo siento así, afirma. “Pienso que sigo dibujando o pintando lo mismo. Se trata de quitarle dramatismo al arte. No es tan importante lo que hacemos, el resultado, como el proceso de vivirlo”. Artista con dificultades para separar vida y arte, Socías considera que su trabajo habla de la supervivencia diaria, de seguir vivo no sólo desde una perspectiva biológica, sino, sobre todo, mental y emocional. “Tiene mucho que ver con el ir al trabajo y poder sobrevivir un día más. En el fondo, lo que propones es tu punto de vista sobre el mundo poniendo como ejemplo tu proceso vital, el día de cada día”.